miércoles, 25 de mayo de 2016

Montaje y desmontaje de andamios

El montaje de un andamio será estudiado, replanteado y ejecutado por personal perteneciente a empresa especializada en estos trabajos y se extremará el cuidado en el cumplimiento lo dispuesto en el Anexo IV parte C, del RD. 1627/97 de 24 de Octubre.
Hay que evitar a toda costa el peligro a los peatones por lo que es fundamental acordonar con holguras y señalizar visiblemente la zona de trabajo, incluso habilitar un paso para los peatones.

El apoyo debe realizarse sobre base firme y siempre con husillos de nivelación evitando el apoyo sobre marquesinas, voladizos y sobre registros de instalaciones
Husillos de nivelación
El montaje debe realizarse utilizando plataformas metálicas, evitando que el operario esté subido a los módulos, con una barandilla a 90 cm de altura y llevando arnés anclado a punto firme o a la propia estructura del andamio. Es fundamental el uso de Epi´s y en este caso concreto, los montadores deben llevar casco provisto de barboquejo.

Habitualmente, el andamio se montará salvando balcones, cornisas o aleros y nos arrimaremos a fachada utilizando ménsulas especialmente diseñadas al efecto.

En zonas ciegas se anclará a cáncamos fijados a tacos mediante taladros en el paramento de fachada quedando expresamente prohibido el anclaje a elementos de cerrajería.

Toda plataforma de trabajo ha de cumplir las siguientes condiciones:

 
  • Su distancia a fachada debe ser menor de 20 cm para evitar la caída de personal a distinto nivel.
  • Debe contar con dos plataformas metálicas de ancho como mínimo para que el ancho útil de trabajo sea al menos 60 cm.
  • Debe contar con una barandilla exterior compuesta por dos barras, la primera a 90 cm de altura y la segunda a una altura intermedia. Cuando la distancia a fachada sea mayor de 20 cm o simplemente no se vaya a utilizar como nivel de trabajo se montará también barandilla interior.
  • Se instalará un rodapié de 15 cm de altura.
  • Los extremos del andamio son cerrados habitualmente por una pieza especial. Cuando no se vaya a trabajar en parte del andamio montado es aconsejable clausurarlo para evitar riesgos.
    Plataforma de paso
    La comunicación entre pantas debe realizarse a través del andamio mediante escalerillas y plataformas con trampillas. Nunca debe accederse al andamio a través del edificio.
     
    Las trampillas de las escaleras deben permanecer cerradas durante la jornada laboral, abriéndolas exclusivamente cuando se precise transitar en vertical por el andamio.
    Se debe colocar un arriostramiento diagonal al menos en un vano del andamio.
    Cuando existe tránsito bajo el andamio se utilizarán viseras para evitar la caída de objetos sobre los transeúntes, incluso lonas, que servirán para evitar que caigan objetos de menor tamaño sobre los peatones, cierto es que estas últimas deben fijarse a la estructura además de en todo el perímetro, para evitar el efecto vela.
    Protección caída objetos
    No se podrá utilizar el andamio hasta que se haya emitido un certificado en el que conste su correcto montaje, y se hayan dado las instrucciones de uso y mantenimiento a los operarios.
    Una vez montado el andamio debe prohibirse la modificación del mismo sin autorización expresa, en especial de los anclajes a fachada, ménsulas y plataformas de trabajo.
    El desmontaje del andamio requiere el mismo cuidado que su montaje pero debemos extremar el cuidado a la hora de revisar que no se haya quitado ningún anclaje a fachada que comprometa la estabilidad del andamio.
     

     

    lunes, 25 de abril de 2016

    El replanteo.

    El replanteo es la forma de llevar a la obra lo que se plasma en los planos del proyecto, es decir, dibujar la obra "sobre el terreno".
    Se efectúa tanto en el plano horizontal, situando todos los elementos del edificio, como en el plano vertical, especificando las alturas que deben respetarse.

    Así, el replanteo en el plano horizontal comenzará por el perímetro del edificio, pero hablamos de aquel perímetro de mayor ocupación en planta. Es habitual que las plantas bajo rasante tengan mayor ocupación en planta que las plantas sobre rasante.

    Mi experiencia me dicta que el replanteo en el plano vertical se inicia por los puntos donde el edificio se vincula con la vía pública, esto es, accesos rodados y peatonales puesto que son estos accesos los puntos donde el edificio ha de coincidir forzosamente con la vía pública.

    En la oficina técnica se elegirán unos buenos ejes de replanteo para el plano horizontal y cuando digo buenos, es porque hay que saber elegirlos. Serán por regla general aquellos que no varíen en altura, como huecos de ascensores, cajas de escalera, juntas de dilatación, etc… En vertical, nuestra referencia será siempre el nivel de metro con respecto a solado terminado.

    Desde la cota +- 0,00 m, tomaremos los gruesos de la totalidad de los elementos constructivos y las alturas libres de plantas hasta llegar a la cota que denominaremos de excavación, aquella hasta la que hemos de llegar con el vaciado.

    Otras cotas importantes suelen ser la cota superior del forjado de planta baja, la altura a cornisa o a cumbrera, porque gran parte de las ordenanzas municipales limitan precisamente estas cotas.

    Por la misma razón urbanística se habrá de tener especial cuidado con retranqueos a vía pública o parcelas colindantes.

    La cimentación ha de replantearse cuidadosamente, puesto que un error aquí se arrastraría al resto del edificio. Tanto es así que por unos escasos centímetros podemos hacer inútil una plaza de garaje o provocar que nos aparezca un pilar en medio de un pasillo.

    Muchas veces los proyectos no adaptan la estructura a la albañilería. Me explico, la estructura ha de ser perimetralmente 5 cm menor que la albañilería, precisamente para que esta última envuelva a la primera. Con la misma lógica, los pilares han de retranquearse del borde de forjado 7 cm para que el ladrillo pase por delante de ellos y a su vez por delante del forjado. De esta forma garantizaremos un buen apoyo del cerramiento en cada planta (estas medidas cierto es que pueden variar según el sistema constructivo). Estas decisiones de “replanteo” han de ser consensuadas con el proyectista o director de obra.

    De la misma manera, habrá pilares que “guardarán eje” y otros, como los de los patios de luces, que “guardarán cara”, dependiendo de donde se encuentren situados.

    Lo más importante a la hora de replantear escaleras son los puntos donde se encuentra con forjado superior e inferior, que serán donde el encofrador tendrá que arrancar el tablero de la losa inclinada. Posteriormente cualquier encofrador es capaz de peldañear una escalera, aunque mejor lo ven cuatro ojos que dos, por lo que siempre es aconsejable comprobarlo.

    Replantear en fase de estructura los shunts o los manguetones de los inodoros, evita que el día de mañana tengamos que realizar taladros a un elemento estructural con las consecuencias que ello acarrea.

    Los niveles nos servirán para colocar todas las puertas y ventanas a la misma altura o para situar con un adecuado criterio el portero automático, los enchufes o los interruptores. Las cocinas han de replantearse también, porque las instalaciones deben colocarse con la modulación de los muebles que las vestirán después. En definitiva, ningún elemento constructivo debe dejarse al azar.

    Replantear es un arte que no está al alcance de todos y requiere de conocimientos exhaustivos del proceso constructivo que se replantea. Por ello suele ser una labor desempeñada por oficiales especializados, por los propios encargados de obra, por un Topógrafo o por un Arquitecto Técnico. También las unidades de obra más industrializadas requieren del replanteo del propio industrial que las ejecuta.

    domingo, 24 de abril de 2016

    Los tiempos han cambiado.


    Si, los tiempos han cambiado. Ha cambiado la forma de conocer a las personas, las forma de mostrarse ante los demás, la forma en definitiva de moverse en este mundo.

    En los muchos años que llevo de profesión he conocido el boca a boca y me he chocado la mano con otras personas en multitud de ocasiones. Hoy las cosas funcionan de otra manera, imperan las redes sociales y hay que reciclarse. Así, una persona como yo, ya entrado en años, acostumbrado a hacer croquis en las paredes, se plantea hacerse un blog y por eso estoy aquí, plasmando mis ideas frente al ordenador.

    Eso sí, nunca me faltó el ánimo y he sido siempre un hombre “echado para adelante” así es que ¡¡¡¡¡¡quién dijo miedo!!!!!!

    Arquitecto Técnico de profesión con “muchas horas de vuelo”, he estado prácticamente en todos los lados de la mesa. Nunca olvidaré mi primera carrera para llevar al Colegio de Aparejadores, ese certificado con el que podías colegiarte antes de tener el propio título, porque tenía una primera vivienda unifamiliar esperando para firmar gracias a la inestimable ayuda inicial e incondicional de un Arquitecto y amigo llamado Antonio García Díaz y a Elías y sus hijos, promotores y constructores de aquel pueblo de Toledo que, dejándose aconsejar por Antonio, accedieron a darme aquella obra.

    Pegaba por las noches carteles en los locales comerciales ofreciendo proyectos de acondicionamiento y puedo decir que en mis primeros dos años de profesión me fue muy bien.

    Como soy inquieto, me picó la curiosidad por hacer obras mayores y así me presenté a una entrevista por un anuncio que salió, ya no recuerdo si fue en El País u otro periódico de similar tirada, con otros más de treinta compañeros. Tengo que reconocer que de allí salí con el trabajo no por mi valía, que aún estaba por demostrar, sino porque era joven, con muchas ganas y porque accedí a firmar con la condición de ir todos los días como si fuese un Jefe de Obra (puesto merecedor del mayor de mis cariños por lo que os diré más adelante). Hoy doy las gracias también a aquellos dos hermanos Ignacio y Pedro (Dosher), que me dieron aquella magnífica oportunidad y aunque me hicieran trabajar como un auténtico borrico, pusieron en mis manos el aprendizaje que necesitaba.

    Tuve la oportunidad de rehabilitar 27 fachadas en la c/ Mayor de Madrid, desde la Puerta del Sol hasta el Mercado de San Miguel, con una Dirección Facultativa de Lujo, Alfredo Rodríguez como Aparejador y Pepa y Adela Cassinello Plaza como Arquitectas. Todavía recuerdo que mi encargado, Mariano, decía que estábamos en rehabilitación, que me olvidase de las “líneas rectas”.

    Si alguien que me conozca, como el Propio Alfredo, repara en que me dejo algo en el tintero, diré que es conscientemente, porque también hay trabajos que es mejor olvidar (aquellos piratas de Velilla de San Antonio), aunque todos forman parte de “mi experiencia”.

    Y llegué a JOTSA, Constructora “con letras mayúsculas”, donde trabajé con el mejor compañero que he tenido nunca y dudo tener otro igual, mi querido Ángel Herreros, persona de inigualable profesionalidad y de mi más absoluta confianza. Recuerdo muy gratamente aquel primer día que fui a la obra y me preguntó: ¿Qué es eso?, yo le contesté mi ordenador portátil y él me dijo, mañana puedes dejarlo en casa que aquí tienes uno.

    Empresa que recuerdo con agrado no sólo por obras como la de la c/ Francisco Suarez 21, sino por personas altamente cualificadas como Fermín Ochoa, Cándido Moreno y Miguel Hernández, que me acogieron como uno más y César Medina, compañero y amigo. A todos los tengo un profundo cariño. La verdad es que era una fábrica de profesionales, aprendías trabajando y encima con muy buen humor.

    Lástima que Fermín quisiera mandarme a Mallorca a hacer un hotel, porque las circunstancias de mi vida me empujaron a salir de aquella gran empresa y enrolarme en otro barco más familiar pero también potente llamado Enypesa. Jotsa por su parte duró sólo unos años más, por lo que no me arrepentí de haberme ido.

    Enypesa pertenecía a dos hermanos (Enrique y Pedro) y también era buena empresa, pero duré lo justo para terminarle el primer bloque de 18 viviendas cuando Pedro me llevó consigo, a pesar de ser allí el último mono, a Fundar PYCOPSA.

    PYCOPSA fue otra empresa que marcó mi vida. Nacimos de la nada, haciendo un chalecito en Pedrezuela y en dos años era gran empresa. Pedro delegaba absolutamente todo en mí y jamás tuve traba ninguna en el trabajo. Promovimos y construimos viviendas a la medida de los consumidores pero siempre de la mejor calidad, incluidas aquellas magnificas villas en Marbella. Jamás nos retrasamos y los clientes quedaban satisfechos.

    Por casualidades de la vida, el Edificio Velázquez en Alcobendas, quizás la mejor obra que hicimos, fue la culpable de que le pidiera a Pedro la cuenta y no por problemas en la propia obra sino más bien de otra índole que no vienen a cuento.

    Incluso mis propios amigos me preguntaron cómo había cometido ese error, pero lo cierto es que se abrió ante mí todo un mundo de posibilidades. El Ayuntamiento de Alcobendas con el que había negociado tanto tiempo empezó a contar conmigo, el Arquitecto que colaboraba con Pycopsa no me quiso dejar escapar, y entre unas cosas y otras me vi trabajando por mi cuenta a pleno rendimiento.

    En 2005, poco después de marcharme de Pycopsa, me llamaron del Colegio de Aparejadores para saber si quería colaborar como perito de Musaat y como no, accedí. Al principio tengo que reconocer que aquel nuevo horizonte sirvió para estresarme todavía más, porque ya de por si tenía varias obras en marcha y tenía que cerrar informes en fines de semana y madrugadas, pero ser perito me hacía feliz, porque eran temas relacionados con la responsabilidad civil de Aparejadores como yo y confieso que además de ser trabajo, me guiaban la ilusión y la vocación.

    Entre medias, porque como ya he dicho compatibilizaba ambas labores, tuve la oportunidad de hacer varias obras para el Ayuntamiento de Alcobendas de las que me siento orgulloso porque tenían una componente “servicio social” importante, ya que se abría un amplio proceso de participación ciudadana. Puedo destacar la obra de Maestro Vives que consistía en hacer completamente accesible la plaza y creedme que no estuvo exenta de complejidad o el Parque Victimas del Terrorismo, con desniveles importantes, en el que no sólo se hicieron zonas de recreo para los niños, sino también para los más mayores, además de hacerle completamente accesible para una persona en silla de ruedas.

    Siempre me atrajo la rehabilitación, quizás algo más libre de las presiones de entrega y porque los trabajos requieren de entretenimiento y buen gusto. Mi período de rehabilitaciones tuvo su culmen con la restauración de elementos pétreos de fachadas del Palacio de la Bolsa de Madrid. Acompañando en la Dirección a Adela Cassinello Plaza y con una constructora de lujo como Fernández Molina Obras y Servicios, que siempre recomendaré sin temor a equivocarme para este tipo de trabajos.

    Allá por enero de 2011, Musaat me ofrece Coordinar su red de peritos y yo me lo tomé como un reconocimiento a mi dedicación y al trabajo bien hecho, accediendo al puesto.

    Trabajar para Musaat me ha proporcionado la visión de la Compañía Aseguradora, la experiencia en el sector del seguro, la oportunidad de analizar miles de casos de Responsabilidad Civil y de Seguro Decenal de Daños y como no, intervenir en las publicaciones que hace la Fundación Musaat ha sido para mí una grata experiencia.

    Hoy vuelvo a establecerme como Freelance, con la firme convicción de que toda esta experiencia que he acumulado hace que me encuentre en el mejor momento profesional de mi vida y con ganas aún de emprender nuevos proyectos.
    Hoy me apunto al cambio!!!!!